Hace tiempo que publiqué una técnica que me parece una maravilla y que utilizo mucho, es el polvo de naranja y de limón (receta aquí). Muchas veces necesitamos en recetas de repostería rallar naranjas o limones, pero esta técnica me parece mucho mejor por si no tenemos ni naranja ni limón en ese momento, además que aprovechamos un producto y tiramos menos cosas a la basura.

Como podéis ver en el paso a paso yo las cáscaras las congelo y cuando tengo varios tupper llenos hago el polvo de lo que toque como limón, naranja, mandarina, etc. En esta ocasión utilicé 2 mallas de mandarinas (3 kg. c/u).

Esta técnica se puede utilizar para aromatizar bizcochos, magdalenas, bebidas, helados, té, roscón de reyes, etc. Yo la he utilizado varias veces en bizcochos y el polvo de naranja en té, y os puedo decir que queda muyyy bueno.



Ingredientes:
- Cáscaras de mandarina (sin parte blanca)

Preparación:
Se pelan muy bien las mandarinas, nos podemos ayudar de una pelador de papas, las pieles deben de contener el mínimo de parte blanca (porque esta parte amarga).

Ponemos en la bandeja del horno papel vegetal y encima las cáscaras de las mandarinas, colocamos papel vegetal sobre las cáscaras y metemos la bandeja en el horno a baja temperatura entre 70ºC - 90ºC con ventilador si tenéis (el horno las seca completamente), más o menos 3 horas (el tiempo dependerá de la cantidad de cáscaras que pongamos, si ponemos menos cáscaras necesitaremos menos tiempo).

Cuando ya estén secas las cáscaras debemos de triturarlas para que quede en forma de polvo, esto lo podemos hacer con un molinillo de café, con una picadora, con la Thermomix-31, etc.

Se puede utilizar en bizcochos, masas olorosas, roscones, magdalenas, bebidas, helados, té... Importante, la conservación, en un bote y en la nevera, en la parte mas cálida, y aguanta bastantes meses.